A todos nos suena la celiaquía y los productos con el sello “sin gluten”. Pero, ¿sabemos realmente de qué trata esta enfermedad, cómo se desarrolla o cuales son los posibles tratamientos?
La celiaquía es una enfermedad digestiva autoinmune que daña el revestimiento del intestino delgado y que altera la absorción de vitaminas, minerales y otros nutrientes que se encuentran en los alimentos que ingerimos. Todo ello se produce por la reacción del sistema inmune ante la intolerancia de una proteína llamada gluten, que está presente en los cereales (trigo, avena, cebada, centeno) y en los alimentos elaborados con los mismos.
Susana Giménez, dietista de la Asociación Celíaca Aragonesa (ACA) aclara que “la celiaquía es una enfermedad crónica, multisistémica, con base autoinmune, provocada por el gluten y otras proteínas afines. No es una alergia ni una intolerancia, y por lo tanto, no existen grados de celiaquía”.
Las personas que padecen esta afección sufren un daño en la mucosa del intestino delgado causada por la respuesta de su sistema inmune ante los alimentos donde se encuentra esta sustancia. “El gluten provoca una reacción exagerada del sistema inmunitario haciendo que este reconozca de forma anómala un componente que se encuentra normalmente en las paredes del intestino, la transglutaminasa”, explica la nutricionista. El intestino dañado ya no puede absorber los nutrientes de los alimentos y esto ocasiona malnutrición, aunque se mantenga una dieta adecuada.
Se estima que son más de 13.000 las personas que sufren esta intolerancia en Aragón, aunque un 80% de ellas no habrían sido diagnosticadas. Esta falta de diagnóstico se debe en gran parte a la desinformación que existe sobre la celiaquía. Según Susana Giménez, “falta mucha información sobre la enfermedad y los síntomas, que pueden ser muy diversos, y que también pueden ser extradigestivos, lo que dificulta el diagnóstico precoz”.
Son 1.900 las familias que forman parte de la Asociación Celíaca Aragonesa (ACA), de las que al menos un miembro padece intolerancia permanente al gluten. “Nadie nace celíaco, ya que para que se desarrolle la enfermedad, además de ser genéticamente compatible, es necesario el factor desencadenante, la ingesta de gluten”, aclara la dietista.
Aunque hay pacientes asintomáticos o con síntomas leves, el gluten les provoca igualmente una reacción inflamatoria en el intestino delgado que inicia las lesiones características de la enfermedad, aumentando así las probabilidades de desarrollar otras enfermedades asociadas y trastornos más graves.
Dieta sin gluten: claves y consejos
La nutricionista Susana Giménez, nos cuenta cuáles son las claves para seguir una dieta sana y rica en nutrientes apta para las personas celíacas:
Seguir una estricta DSG
Una vez que una persona es diagnosticada de celiaquía, el único tratamiento que existe por el momento es llevar una dieta exenta de gluten para toda la vida. De esta forma disminuyen los síntomas ocasionados por la enfermedad, se favorece la recuperación de las paredes intestinales y por consiguiente se ve mejorada la absorción de los nutrientes en la ingesta de alimentos. “Si se realiza correctamente, el pronóstico es excelente, las lesiones revierten y los problemas de absorción se normalizan”, explica Susana Giménez.
“No se recomienda iniciar la dieta antes de tener el diagnóstico porque en el momento de realizar las pruebas diagnósticas podemos tener falsos negativos”. Será el médico especialista digestivo quien, una vez realizadas todas las pruebas oportunas, la prescriba. Una vez iniciada, la Dieta Sin Gluten (DSG) debe seguirse estrictamente durante toda la vida. La ingesta de pequeñas cantidades de gluten produce daño en las vellosidades intestinales, pudiendo ir o no acompañadas de síntomas clínicos.
En primer lugar, es importante tener presente que el consumo de productos naturales o genéricos como la fruta, la carne o el pescado serán la base de la dieta celíaca. Estos productos son libres de gluten por naturaleza por lo que se pueden consumir sin problema y son esenciales para una dieta rica en vitaminas y nutrientes. Por el contrario, se recomienda no consumir productos procesados ya que tienen mayor riesgo de haber sufrido el famoso contacto cruzado y por tanto, estén contaminados de gluten.
No se deben consumir productos en cuya etiqueta se especifique «muy bajo en gluten», «adecuado para celíacos», «elaborado específicamente para personas con intolerancia al gluten» o «elaborado específicamente para celíacos». Estos productos realmente contienen entre 20 y 100 ppm de gluten, por lo tanto no son aptos para personas celíacas según los expertos. Los únicos productos válidos para la dieta celíaca son aquellos que en su etiqueta pone claramente “sin gluten”.
“También se debe evitar la avena, que, aunque no contiene gluten de forma natural, existe riesgo de contacto de esta con los cereales que sí lo contienen, durante el transporte, almacenamiento y tratamiento de los cereales”, advierte la dietista.
Por otro lado, es importante subrayar la creciente oferta de productos Sin Gluten. Por ejemplo, Supermercados Altoaragón es la cadena de supermercados de la provincia de Huesca que ofrece un mayor surtido de productos específicos para dietas sin gluten; algo que es esencial para lograr que nuestra dieta sea variada y no caigamos en la monotonía.
Tener cuidado con la contaminación cruzada
Hay que tener en cuenta la posibilidad de que un alimento, que a priori no contiene gluten, puede contaminarse al ser manipulado con los mismos utensilios con los que previamente se ha manipulado un alimento que sí contenía gluten. Por lo que se debe extremar la precaución en lugares como bares, restaurantes o comedores donde se lleva a cabo manipulación de alimentos. “Es habitual que se produzca contacto cruzado con gluten en cualquier establecimiento en el que haya gluten, si no se manipulan los alimentos con especial atención”, aclara la nutricionista. “Sería muy necesario que todos los establecimientos que quieran ofertar opciones aptas para celíacos recibieran la formación básica”, asegura.
Harinas, pan rallado y pasta sin gluten en casa
También, en el domicilio familiar, es recomendable usar harinas y pan rallado sin gluten, pasta sin gluten, etc. De esta manera los alimentos que se cocinan en casa pueden ser consumidos por todos los miembros de la familia, incluyendo a las personas intolerantes al gluten.
Ante la duda: no consumir
Por último, se recomienda que antes la duda de si un producto contiene o no gluten: no se consuma. Más vale prevenir que curar, esto es primordial para evitar cualquier problema en la salud digestiva y para realizar correctamente la dieta celíaca.