Desde hace algunos años, viajar en caravana o furgoneta camper ya no es una opción desconocida y peculiar reservada a los más intrépidos, sino que se ha convertido en una tendencia en auge entre todo tipo de públicos.
La libertad de recorrer paisajes a tu ritmo, la posibilidad de improvisar una parada en un lugar insólito y el contacto directo con la naturaleza son solo algunos de los atractivos que presenta esta forma de viaje. Sin embargo, para disfrutar plenamente de la experiencia, es esencial una cuidadosa planificación tanto de la ruta como del equipaje, y esto incluye, por supuesto, la cocina.
¿Qué encontramos en una despensa camper?
El espacio de una cocina camper es limitado, tanto para almacenar menaje y alimentos como para cocinarlos, por lo que deberíamos tener una buena base de ingredientes y productos que nos permitan seguir disfrutando del placer de comer sin renunciar al sabor ni a la comodidad.
Si muchas de estas casas con ruedas nos abrieran las puertas de su cocina, probablemente encontraríamos pocos productos frescos y muchas “soluciones” instantáneas, de esas de abrir y calentar, muy prácticas en este contexto, pero por lo general, menos saludables de lo que debieran. Al igual que los bocadillos, son una solución rica y fácil para un momento puntual, pero no es el tipo de comida que recomendaríamos a diario. Por otro lado, si te planteas comer fuera a menudo, las vacaciones en caravana o furgoneta camper pueden salirte más caras que un hotel con todo incluido. Por eso, si planeas una escapada que implique comer y cenar en la furgoneta o caravana varios días, te dejamos una lista de nuestros 8 básicos para llevar en tu despensa camper:
- Un paquete de pasta, otro de arroz y un par de ellos de distintas legumbres: simplemente cocidos, estos ingredientes son tremendamente versátiles, además de proporcionarnos proteínas e hidratos de carbono complejos que seguro necesitarás en tus actividades vacacionales.
- Especias: laurel, pimienta, pimentón, sal, orégano, tomillo… elige tus especias favoritas en pequeños recipientes, preferiblemente en bolsita o en bote de plástico por el peso, y ganarás en sabor en todos tus platos con unos condimentos que cunden muchísimo y ocupan muy poco espacio.
- Algunos básicos de la cocina que aguantan bien sin frío: cebollas, pimientos y ajos. Sabemos que no te vas a liar a cortar mucho en la tabla durante esos días, pero con estos tres vegetales tan típicos de nuestra gastronomía, especias, y la pasta o legumbre en seco que hemos mencionado en el punto uno, puedes hacer prácticamente de todo, y por el momento, sólo has ocupado un estante.
- Verduras deshidratadas: si te gusta cocinar con verduras, pero hasta pelar y cortar el ajo, la cebolla y el pimiento te parecía demasiada complicación en la cocina de una furgoneta, existen mezclas de verduras deshidratadas que pueden resultar muy útiles en estos casos. Un ejemplo de esta mezcla es la Sopa Juliana de Trevijano: zanahoria, patata, chirivía, puerro, cebolla, col, apio, perejil… y nada más. Ni siquiera tiene sal añadida, por lo que es perfecta para añadir un par de cucharadas a cualquier receta.
- Latas de conserva de pescado: aunque siempre es mejor el pescado fresco, no siempre es posible conseguirlo y cocinarlo. Unas latas de atún, caballa, sardinas… nos apañarán la proteína y el Omega 3 de cualquier segundo plato o completarán el primero y lo convertirán en un plato único sin manchar ni cocinar.
- Conservas de verduras y legumbres: como ventaja frente a las verduras deshidratadas, estos botes son de abrir y servir. Como desventaja, no podemos llevar demasiados, pues pesan mucho para la van y suelen ser de vidrio, pero contar con un par de tarros de legumbre y verdura ya aderezados y listos para comer puede ser una gran ventaja en nuestras vacaciones. Sólo debemos intentar elegir formatos pequeños, preferiblemente en aluminio (espárragos, pimientos, maíz, guisantes…).
- Salsas en monodosis: si eres fan de las salsas, esos pequeños sobrecitos de tomate, mayonesa, vinagreta… están preparados para conservarse sin frío y te pueden servir de gran utilidad en el día a día. Además, suelen tener una fecha de consumo más amplia que si compras un bote y lo dejas abierto, y son muy limpios de transportar y de utilizar.
- Recetas preparadas que se conserven sin frío: risottos, sopas, pastas… este tipo de deshidratados que sólo requieren de una cazuela con agua, aceite y sal para cocinarse son muy prácticos, pero debemos atender especialmente a su etiqueta si no queremos acabar comiendo una gran cantidad de sal, aromas y potenciadores del sabor. Algunas marcas elaboran recetas deliciosas a base de verduras deshidratadas, cereales y especias sin añadir nada más. Los cous cous de Trevijano, por ejemplo, se hacen en 5 minutos y sólo tienen ingredientes naturales y de calidad.
Vivir la aventura de viajar en camper no está reñido con comer bien. Con estos prácticos consejos, disfrutarás de cada comida en tu viaje. ¡Feliz aventura y que disfrutes cada bocado de tus vacaciones!